
"Bolívar era de pelo ensortijado, más negro que blanco; ese era el
verdadero Bolívar a quien también desfiguraron. Es mentira que hablaba
duro. No, la voz de Bolívar era chillona, inaguantable. Se subía en las
mesas, le rompía los papeles al Estado Mayor. “¡Esto no sirve!”. Así lo
dice Andrés Eloy Blanco en un poema que se llama “Los desdentados”.
Cuenta Andrés Eloy que muchos años después de muerto el Libertador,
había un acto en la plaza Bolívar de Caracas y la estatua, las coronas,
las flores y los discursos oficiales. El presidente, todos de “paltó” y
de levita, rindiéndole honores a Bolívar. Y detrás de las matas estaban
unos viejitos, no tenían dientes, agachados, viendo el acto, y se reían.
Entonces, viene la lectura de la última proclama y un señor, con voz de
locutor: “Colombianos, habéis presenciado…”,
rememorándolo. Y los
viejitos se reían y hablaban de Bolívar. ¿Por qué se reían? El poeta
termina descifrando la incógnita. Al final dijo uno de los viejitos:
“Mira, lo que dicen éstos, dicen que era alto, dicen que era fuerte,
dicen que hablaba grueso. No. Era chiquitico, era flaquito, tenía la voz
chillona y fastidiosa”. Y dice uno al final: “¡Carajo!, pero se nos
metió en el alma y nos hizo libertadores”.
http://www.cuentosdelaranero.org.ve/nos-hizo-libertadores/#.VZq6ZY_tMxA
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