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lunes, 2 de mayo de 2016

Taller de Serigrafia

El día lunes 25 de abril se realizo un Taller de Serigrafía en el Infocentro Cesar Albornoz Mer13, con la brigada Infantil Pioneritos de Belén, para que los niños aprendiera a realizar este hermoso trabajo que es de recortar la figura en cartón, para después plasmarla en una franela de lo que ellos le gusta y lo que es combatir contra la guerra económica industrial, que es realizar sus propias logos en franelas que pueden comprar de bajo costo o franelas que tengan en casa, en la actividad estuvo el compañero Wualter Guiller Apoyo de Brigadas Comunicacional Merida dándonos el taller, para que nosotros los Facilitadores que estuvimos presente Elis Contreras, Silvia Celeste y Anathamay Ruggero compañeras del Infocentro CIDA Mer12, podamos desplegar este taller en nuestra comunidades, escuelas, liceos o plazas que estén cerca o en un espacio alrededor del Infocentro, gracias a este gran método de trabajo que realiza la Fundación Infocentro damos mas continuidad, poder y fuerza para nuestro poder popular y que se de el mayor apoyo para las transferencias de los infocentros a los consejos comunales, comunas u organizaciones organizadas...





La educación siempre ha exudado ideología

Revisando por ahí, encontré... y se me ocurrió compartir cuatro lecturas de libros iniciales de la educación venezolana de la primera mitad del siglo XX, como muestra del carácter ideológico de la educación de todos los tiempos. La selección fue intencionada, pues en la totalidad de contenidos quizá priven valores distintos a estos que considero excelsos.

Este tipo de libro escolar, únicos por grado, sostuvo la educación en pueblos y zonas rurales, donde muy pocos "pasaban de tercero". Y porque eran tiempos de lento rompimiento del analfabetismo establecido, de primeras generaciones escolarizadas*, la influencia de los libros escolares iba más allá del aula; se convertían en libros familiares, interpretados por quienes tenían la dicha de asistir a la escuela y que, frecuentemente, alfabetizaban a otros miembros de la familia o terminaban siendo aprendidos de memoria por los mayores. Así, los cuentos, poesías, fábulas, adivinanzas... se ensamblaban perfectamente en la tradición oral existente, renovándola, lo que convertía en muy importante la selección de "lecturas" que había hecho el autor del libro.

Los libros de los ejemplos son el Primario y el Segundo "de lectura, escritura y dibujo simultáneos", de Alejandro Fuenmayor, intelectual zuliano que fue fundador del Instituto Padagógico Nacional –1936, y ministro de educación en el gobierno de Medina Angarita –1941. El Primario fue adoptado para uso de las escuelas oficiales en 1916, que hasta entonces habían utilizado el "Nuevo Método (fonético-analítico-sintético) para la enseñanza simultánea de la lectura i escritura compuesto para las escuelas de la República de Chile", del chileno Claudio Matte, quien declara influencia prusiana en su obra. Es más, Fuenmayor lo que hizo fue nacionalizar, ampliar y perfeccionar el método de Matte, pero esa es otra historia. Los libros de Fuenmayor estuvieron vigentes en algunos ambientes semirrurales hasta comienzos de los 50... y en el Primario me tocó aprender, por suerte, porque luego vinieron series de libros con el veneno del franquismo y la ortodoxia católica, muchos usados aún.
 
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